8 de Octubre de 2018
Nuevas preguntas y desafíos dejó planteada esta charla que cerró el ciclo de “La Rebelión de las Voces 8”, concurso que fomenta los nuevos talentos dramatúrgicos, liderado por Santiago Off y con la participación RIL Editores.
La actividad se realizó el sábado 06 de octubre a las 12:00 hrs. en las dependencias de la editorial, en la comuna de Providencia. Participaron Eduardo Luna, María Teresa Salinas, Claudio Fuentes y Camila Corveleyn.
En la ocasión, María Teresa Salinas Díaz, sobrina y legataria del dramaturgo Jorge Díaz, conversó con Camila Corveleyn (encargada de comercialización de RIL Editores), sobre la importancia de producir libros con obras teatro chileno.
En la reunión, expositores y el público invitado, debatieron si es difícil leer teatro, si es necesario una preparación previa para entender estos textos y convinieron en la existencia de un grupo especial de lectores (actores, profesores y alumnos) que buscan estas obras en determinados lugares.
En la misma línea, se destaca el aporte que realiza la edición de antologías en este género literario, como material invaluable para estudiantes y docentes.
Entre las sentencias, aportadas por Claudio Fuentes, que encontraron aprobación unánime están:
“Los textos necesitan un mínimo de ambigüedad que permitan fantasear al lector. Si un texto está rematado, está muerto.”
“Sentimientos como el miedo o la ternura, hacen que un texto esté vivo.”
“El valor de publicar obras teatrales está en ponerlas en manos de actores y profesores.”
Se expuso que el teatro está en sintonía con el pasado y el presente, que intenta cambiar el mundo, reflejando los momentos políticos de una sociedad y a su vez ofrece la instancia de volver al ritual, de compartir.
María Teresa Salinas Díaz contó que ha recibido solicitudes desde Venezuela para montar la obra “El Generalito” de Jorge Díaz, la cual hoy se presta para exponer un claro reflejo de los duros momentos que hoy vive ese país.
Eduardo Guerrero, autor de la Biografía de Jorge Díaz, subrayó las pocas instancias existentes para profesionalizar los estudios de dramaturgia y que “sólo las malas obras de teatro son difíciles de leer”.
Por su parte, Camila Corveleyn indicó que RIL Editores hoy ofrece sólo 55 libros de dramaturgia en librerías, lo que habla de la dificultad de penetrar con este género en ellas. Destacó también la importancia del desarrollo gráfico en las portadas, ya que éstas son el primer apronte de los lectores a explorar su contenido y luego tomar la decisión de comprarlos.
Por otro lado, los participantes de este concurso, que premió al ganador con la edición de 100 ejemplares de la obra vencedora, contaron que por primera vez habían escrito una obra con la intención de que fuera leída. El ganador del certámen, Cristian Ruiz, expresó que se trató de su primer acercamiento con una editorial y que fue un necesario y muy recomendable ejercicio para quienes se inician en el género de la dramaturgia, ya que las barreras de entrada no eran tan altas como había imaginado.