15 de Diciembre de 2015
ROCÍO: No te enojes. Me río porque me gusta como pones la boca, eso es todo. Primero la cierras como para no volverla a abrir nunca más y luego, inesperadamente, la abres y te veo la lengua. Dime de nuevo: mar.
DAVID: (Sonriendo). Mar.
ROCÍO: Parece que dijeras otra palabra: amar.
DAVID: Amar…, amar.
ROCÍO: Es fácil, ¿no es cierto? ¡Digámosla juntos! (Se pone muy junto a él).
ROCÍO y DAVID: A… mar.
(Ahora Rocío y David están uno frente al otro. Se miran. No se tocan. Inmóviles. Un gran silencio. Una pausa muy larga).
ROCÍO: David tiene cinco letras como Rocío (David le toca apenas la cara con la punta de los dedos). Tiene cinco dedos, cinco sentidos como Rocío.
DAVID: David…
ROCÍO: Di vida.
DAVID: Vida.
(Rocío lo besa largamente. Un silencio. David le recorre la boca con los dedos como un ciego).
ROCÍO: David, ¿cómo es mi boca?… David, ¿mi lengua es dulce o salada?
DAVID: Rocío… mar.
ROCÍO: Cómo me gustaría oírte decir cosas tontas, cosas como sombrero, paraguas, teléfono. Oírte decir cosas de mí, decir: Rocío, eres tibia y fresca… Rocío, no tengo miedo porque eres blanda como una fruta… (David hunde su cabeza en el pecho de Rocío). Boca llena de bocas… ¡Cómo me gustaría oírte decir sin que apenas te oyera: Rocío, ¿te ha besado alguien los pechos? ¿Rocío, por qué tiemblas?… Rocío, tienes el cuerpo lleno de pájaros asustados. Rocío, tienes el cuerpo lleno de sol. Di sed… Di sal… Di siempre…