7 de Noviembre de 2020
Fuente: latercera.com / David Hevia / 5 nov 2020 2:40 PM
Nissim Sharim
Fuente: latercera.com / David Hevia / 5 nov 2020 2:40 PM
En esta inédita entrevista, el recién fallecido actor nacional explora el aporte del dramaturgo al colectivo en el cual compartieron, y lo señala como “un ejemplo de alguien que se atreve a cruzar ciertas fronteras”.
Figura clave del teatro nacional por más de medio siglo, el actor y exdirector del Ictus Nissim Sharim, cuyo cometido arrancara risas en La Manivela y luego desafiara desde las tablas a la dictadura, reflexiona aquí sobre el espacio en que le correspondió colaborar con el dramaturgo Jorge Díaz.
Además de trabajar con Jorge Díaz, tú fuiste su amigo. ¿Cómo lo conociste? ¿Fue en el marco del Ictus, o antes?
Lo conocí personalmente en el Teatro Ictus. Como dramaturgo lo había conocido un poquito antes, estoy hablando del año 62, había visto una o dos obras de él. El conocimiento personal fue muy rico desde el comienzo.
¿Cómo era trabajar con Jorge Díaz?
Fue muy gratificante para los que empezábamos en labores de autoría o de coautoría dramática. Él era muy generoso, compartía con los demás lo que sabía y los demás compartíamos con él las pocas cosas que él no sabía. Tuvo el mérito de no ser un dramaturgo de escritorio solamente, aunque era capaz de seguir la estimulación de la evocación que da el lenguaje, pero seguía al mismo tiempo lo que ocurría en el ámbito que le rodeaba, tanto en el teatro en el que trabajábamos, como en el país. Esa primera etapa resultó muy prolífica porque él estrenó por lo menos cinco o seis obras antes de irse a España, algunas en las cuales nosotros intervinimos bastante en términos de decisiones.
En esa época el teatro del absurdo todavía se conocía más desde fuera de Chile que desde Chile.
Sí, a él le cargaba que le dijeran que era un autor de teatro del absurdo, pero sí lo era, y fue uno de los que lideró el teatro del absurdo en Chile. Lo que ocurre es que el Absurdo tiene muchos prismas desde donde mirar. A veces es simplemente una manipulación del material dramático, y otras es una utilización de la ironía en relación a los tiempos que vivimos.